Cuando compro, nadie me controla ni me dice qué hacer (excepto mi billetera, por supuesto). Si me encuentro en una situación en la vida en la que me siento impotente, ir de compras me hace sentir que hay aspectos de mi vida que aún puedo controlar. Cuando me pruebo esa linda chaqueta vaquera, me siento bien en mi piel. Claro, no es una solución permanente, pero me levanta el ánimo y, a veces, eso es todo lo que necesito.
7. Puedo vestirme para el éxito
Es una de las principales razones por las que me gusta ir de compras: me ayuda a vestirme para tener éxito. Cuando compro algo que me queda bien, me da confianza y me hace sentir que puedo conquistar el mundo. Me recuerda todas las cosas buenas que todavía puedo esperar. Cuando compro un blazer perfecto para un día de oficina me siento más poderosa. Pero en el mundo actual de looks de modelos y selección de ropa en las redes sociales, recuerdo tener un mantra en mente cuando compro ropa: ser yo mismo.
8. Me recuerda quién soy
Debido a nuestras apretadas agendas, muchos de nosotros somos culpables de no dedicarnos suficiente tiempo a nosotros mismos. Mientras compro, pienso en mis propias elecciones e intereses, lo que me obliga a pensar en mí mismo . Busco cosas que resalten mi personalidad. Si no le gusta ir de compras, intente pensar en su estilo y en lo que le gustaría usar. Puede ser un proceso gratificante.
9.Me da la satisfacción de agregar algo nuevo a mi vida
A veces, las cosas se vuelven aburridas. Me canso de las mismas viejas cosas en mi vida. Al comprar algo nuevo, incluso si es tan pequeño como un coletero, me siento emocionado de hacer una nueva incorporación a mi vida. Puedo agregar un elemento nuevo y emocionante a mi vida, razón por la cual me gusta tanto ir de compras. Sin embargo, demasiado de cualquier cosa está mal. Es vital garantizar que las compras sigan siendo un pasatiempo y no una adicción.